En todo el mundo, la cocina se enriquece con los diferentes ingredientes que existen. La variedad de aceites que existen en el mercado permite contar con una diversidad de sabores en los platillos. Uno de ellos es el aceite de avellana, el cual se ha popularizado en los últimos años. Si bien este ingrediente es utilizado en la gastronomía, también es comúnmente utilizado en productos cosméticos y artículos para el cuidado del cuerpo. En este artículo nos enfocaremos en el uso del aceite de avellana en la alimentación, para conocer si realmente es beneficioso para nuestra salud.
El aceite de avellana se produce mediante la extracción de las semillas de la avellana, también conocida como nuez de avellana. Esta especie es originaria de Asia, pero en la actualidad se cultiva en diferentes partes del mundo. El árbol de avellano es de gran importancia económica, no solo por su fruto, sino también por la madera, la cual se utiliza para la producción de muebles y otros objetos.
El aceite de avellana contiene diferentes nutrientes que benefician al organismo. Entre ellos encontramos ácidos grasos insaturados, como el ácido oleico y ácido linoleico. Estos ácidos grasos ayudan a mantener un corazón saludable, disminuyendo los niveles de colesterol en el cuerpo. Además, el aceite de avellana es rico en vitamina E, un antioxidante que protege a las células del cuerpo del estrés oxidativo y previene el daño celular. También contiene vitamina K, importante para la coagulación de la sangre, y algunos minerales como hierro, calcio y magnesio.
Como producto rico en ácidos grasos insaturados, el aceite de avellana se considera beneficioso para la salud cardiovascular. El consumo regular de este aceite puede ayudar a reducir los niveles de colesterol “malo” (LDL) y aumentar los niveles de colesterol “bueno” (HDL). Esto previene la acumulación de grasas en las arterias del cuerpo, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
La vitamina E presente en el aceite de avellana es un antioxidante natural que protege a las células del cuerpo del daño oxidativo causado por los radicales libres. Estudios demuestran que existe una relación entre la ingesta de vitamina E y la prevención de ciertos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas.
La vitamina E y otras sustancias presentes en el aceite de avellana pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico. Se ha demostrado que la vitamina E mejora la respuesta inmunológica del cuerpo al combatir infecciones y enfermedades.
El consumo de aceite de avellana también puede ayudar a controlar el apetito. Los ácidos grasos insaturados presentes en el aceite pueden afectar el sistema de saciedad del cuerpo, lo que puede disminuir la frecuencia de los antojos y la necesidad de comer en exceso.
El aceite de avellana también tiene beneficios para la piel. La vitamina E y los ácidos grasos insaturados ayudan en la hidratación y en la prevención del envejecimiento prematuro. Además, es utilizada en la elaboración de productos cosméticos para mejorar la salud de la piel y el cabello.
El aceite de avellana se ha utilizado tradicionalmente como un condimento para ensaladas y otros platos. También puede ser utilizado para la cocción y el horneado, aunque debemos tener en cuenta que su punto de humo es más bajo que otros aceites. Por lo tanto, se recomienda utilizarlo para cocinar a temperaturas bajas o utilizarlo en crudo para aprovechar todos sus beneficios naturales.
A pesar de que el aceite de avellana es menos conocido que otros aceites como el de oliva, sus propiedades nutricionales y beneficios zon ampliamente reconocidos por la comunidad científica. Su uso en la alimentación y en productos de cuidado personal se ha ido popularizando en los últimos años y se ha convertido en una alternativa a otros aceites más comunes. El consumo moderado del aceite de avellana puede ser beneficioso para la salud del sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, la piel y el mantenimiento del colesterol en niveles saludables. ¿Te animas a probarlo?